martes, 18 de agosto de 2009

A veces me pregunto si fui yo la que se equivocó desde el primer momento... Y tal vez haya sido así.
Es inaguantable este sentimiento tan dañino y hostil; me es imposible resistir tanta angustia, tanto peso emocional, tanta inestabilidad negativa; no puedo dormir sin que tu presencia me persiga, hasta en sueños; siento que me asfixio al ver la realidad más allá de un par de palabras bonitas. Y aún, todo eso no significa nada al lado de la confusión que se gesta dentro de mí.
Jamás resistí tanta presión; nunca mi razón y mi corazón, se enfrentaron como en este momento de mi vida. Ella quiere lo bueno, eso que ya no va a hacerme sufrir, una manera segura de estabilizarme; desea suprimirte, para comenzar desde cero. Él, aún desea sentir esto, sin importar las consecuencias (aún sabiendo que podría sufrir más que ahora), aprovecharte sin preocupación alguna.
En el medio, estoy yo, derramando un millón de lágrimas al darme cuenta que dejarte ir es lo correcto, pero sin poder soltarme y aferrándome cada vez más a vos... Perdiendo cada vez más de mí misma en el camino.
El miedo a no tomar una buena decisión, me aterra. Y, por primera vez, me agoté y ella está venciendo; ya no soporta verme sufrir y teme quedar atrapada también por el dolor, la tristeza, y los recuerdos.
Como el amor no es un juguete, no debería alejarte de mi lado..., pero este amor ya no es sano, y equivale a un puñal en el corazón.
Quizá, yo debería congelarme, y vos dejarme ser...






Ese fue el texto final de este, mi Blog Oscuro, escrito hace unas cuantas semanas.
En fin, les comento a quienes visitan y siguen el Blog que, por ahora, voy a dejar de actualizarlo dado que mi vida se ve mucho más rosa que hasta hace un tiempo atrás. Pero, a quienes les interese, pueden seguir mis creaciones de los otros dos Blogs, en los cuales publico cosas un poco más optimistas (aunque no demasiado).
Hidden in a wall: http://siilxslut.blogspot.com/

Gracias infinitas a los pocos que probaron mi locura.



Silvana.

martes, 7 de julio de 2009

YO

Las personas como yo, verdaderamente merecemos que la vida se caiga de a poco y todo sea un caos...
Nunca voy a cambiar, no puedo ser mejor, no puedo dar cariño sin lastimar. No puedo hacer que todo se encuentre en armonía durante un tiempo medianamente largo, porque siempre aparece un factor de desesperación, algo que me destruye el cuento de hadas en millones de pedacitos...
No nací para ser feliz, estable y hermosa; no fui concebida para proteger. Simplemente destruyo todo lo que toco, y alejo lo indestructible.
Ahora entiendo por qué nunca puedo sentirme completamente feliz; por qué lo normal y hermoso lo convierto en dañino.
¡SOY UNA PENDEJA INESTABLE QUE VA A VIVIR Y MORIR SOLA!! Y si hay algo por lo que me pusieron en este mundo, fue para ser infeliz.

miércoles, 10 de junio de 2009

El tiempo no cura...


Sos una pendeja inestable, un ser poco confiable; sos una persona que no vale ni una lágrima, ni un poco de preocupación, ni una sonrisa, ni un abrazo, ni un beso, ni una caricia, ni una puta demostración de afecto en absoluto.
Es más, hasta podría atreverme a decir que más de una persona estaría mejor sin vos, sin que les taladraras el cerebro con tus estúpidas penas todo el tiempo que tenés para tu persona (que últimamente es bastante). Sin duda, estarías mucho mejor recluida en tu habitación hasta el fin de tus días... Pero, ¡claro! La "soledad" y la "falta de seres queridos" te llevarían a tener que acabar con todo, algo que no podrías hacer porque sos lo suficientemente cobarde como para sufrir el resto de tu vida antes que arrancar el problema desde la raíz.
Bajo ningún punto de vista vas a dejar de ser una maldita infeliz que sólo sirva para destruir cada cosa o persona con la cual haga contacto.
El tiempo no cura. Nada ni nadie puede repararte.

jueves, 4 de junio de 2009

Las pesadillas no dejan de perseguirme.

Y duele... duele que mi inestabilidad me saque de mi misma; duele que no pueda controlar a la yo que quiere dejarlo todo...
Duele extrañar, duele vivir; duele dormir y soñar con la felicidad que NO tengo y que NUNCA va a invadirme.
Necesito un abrazo; necesito un hombro donde apoyar mi cabeza para ya no llorar sola...

jueves, 14 de mayo de 2009

Blanca.


Un año...

Tantas cosas pasaron en mi vida en este tiempo, tantos momentos atravesé, tanta gente se cruzó en mi camino... Y aún así, no logro que desaparezca el dolor que me ocasionó haberte perdido.

Si supieras lo bien que me haría verte en este momento, o que me hicieras compañía como lo hiciste durante quince largos y hermosos años; presente en llantos, risas, lágrimas, momentos de desesperación... y sin pedir NADA a cambio ni hacerme reclamos estúpidos y sin sentido (como más de un humano lo ha hecho).
Espero que me estés cuidando desde donde sea que te encuentres ahora :).


Te extraño horrores, Princesita hermosa.
Lo bien me harías en este momento de inseguridad y cambios constantes...

martes, 7 de abril de 2009

¿En qué horrible y retorcido giro del destino me quedé atascada?


¿Por qué? ¿Cuánto más vas a poder tolerar, corazón, hasta que te conviertas en una roca?

Supongo que será cuestión de días. Sólo un par de días y te endurecerás para siempre.
Y ahora, ¿quién va a rescatarme de este maldito shock en el cual me sumergí, quién me va a ayudar a salir a la superficie una vez más?
Nadie, y aquí me voy a quedar, cubierta por la miseria de mi infierno personal en la Tierra.

Mis sueños estaban construidos y la suerte echada... Volví a perderlo todo, pero esta vez de una forma mucho más dolorosa.
Los castillos se redujeron a cenizas.
Debería seguir llorando, envuelta en mis brazos contra alguno de mis rincones, pero ni para eso me quedan fuerzas ya.

Una vez más, soy esa yo que me genera rechazo, pero que me protege de todo mal y sufrimiento.
Bienvenida una vez más, señorita frialdad.
Tan sólo me queda repetirme a mi misma lo desgraciada que soy, hasta que todo indicio de compasión desaparezca.

Hasta nunca.

miércoles, 1 de abril de 2009

Me rindo.

No puedo estar toda la vida esperando a que abras los ojos. Y me veas, pridiéndole a la sombra de lo que realmente sos, que me deje quererte...



- Lady of the flowers.™

miércoles, 25 de marzo de 2009

Hace exactamente cuatro años, la vida te arrancó de mi lado de una forma muy drástica. Te fuiste tan de repente que no pude terminar de asimilarlo jamás.
Todos decían que yo había sido quien mejor había tomado "la noticia" en la familia entera, porque no lloraba e intentaba, con palabras de aliento y reflexión, hacerle todo más llevadero a mi pequeño hermano.
Pero se equivocaban...
Recuerdo esa primera noche, después de que el velorio y la cremación (yo me ausenté a ambos) habían concluído. Cuando apoyé la cabeza en la almohada no pude evitar que las ideas me dieran vueltas a mil por hora hasta empezar a llorar sin poder contener absolutamente nada. No había sido tan fácil para mi después de todo.
Ay, abuelo querido, desearía que estuvieras conmigo en este momento. Extraño tanto que miremos la televisión, conversemos, escuchemos la radio; ansío volver a tener esas pequeñas discusiones; extraño esas veces en las cuales te dabas cuenta de que había un problema y lo escuchabas con atención...
Lamento no haber sido esa nieta brillante que era antes, durante toda mi maldita adolescencia; y te pido perdón, porque sé que no debe gustarte lo que soy ahora. Pero estoy convencida de que, donde quiera que estés, nos seguís adorando con locura a mi y a Pablo, y nos extrañás tanto como nosotros a vos.
No puedo creer que hace ya cuatro años, falleció la persona que más me entendía dentro de esta casa.
Espero que nos estés cuidando a todos...


Silvana.

Este texto lo escribí anoche. Ayer se cumplieron cuatro años de la muerte de mi abuelo, una de las personas que más amé, amo y amaré en este universo. Y, quizá, el ser que más me comprendió y supo manejarme a lo largo del tiempo que estuvo a mi lado.

viernes, 20 de marzo de 2009

Complementos.

Estoy tristemente convencida
De que te tuve y supe cómo perderte.
Y no es que haya querido echarme de tu corazón
A las patadas limpias...
Bueno, quizá sí, al principio de todo,
Pero ahora me quiero ahí de vuelta
Y no sé cómo hacer para que me veas como antes.
Intenté ignorarte para que me extrañaras
Y desearas de mí intensamente;
Pero me ahogué en un vaso de agua,
Después de cinco días sin decirte ni “hola”.
Probé también el juego de palabras,
Y no tenías ganas de hablar de nada.
Hasta la seducción barata
Y los terremotos de sexualidad
Me parecieron astutos,
Pero creíste que te jugaba una broma.
Así que me senté a escribir una vez más;
Porque sé que estamos hechos el uno para el otro,
Más allá de los deseos de separarnos
De nuestras simples soledades.
Sé que nunca voy a tenerte,
Por mucha pertenencia que me debas;
Pero sí estoy convencida de que siempre seré especial.
Porque somos los no opuestos que,
Sin saberlo, se atraen;
Esos que los caminos de la existencia
Van a juntar en todas las intersecciones;
Los dos bichos raros que encajan sólo
En la burbuja que los encierra a ambos.
Somos los dos seres perturbados que,
Sin tener idea de lo mucho que nos necesitamos,
Podríamos llegar a perdernos el uno al otro...
Y así, perderíamos a quien nos complementa en este mundo.

jueves, 15 de enero de 2009

LIBERACIÓN.

- Tenemos que hablar.
Sólo con decir eso en mi oído, me aterró como nunca nadie lo había hecho.
Tres palabras... Con que facilidad podían frustrarme tres simples palabras que salían de sus labios. Pero, ¿por qué deberían? ¿A caso no las había pronunciado más de una vez, cuando necesitaba mi opinión para cualquier cosa que se le cruzara por su retorcida mente?
Más de una vez él había solicitado el diálogo mientras estábamos juntos, ¿por qué debería ser diferente esta de aquellas charlas en las cuales discutíamos sobre temas que me resultaban indiferentes?
Yo sabía muy bien por qué. Su tono de voz, la perfecta modulación de cada palabra, la lentitud con la que las pronunciaba, la densidad oculta en ese pedido... Todo indicaba que la conversación no se basaría en música y libros, si no en nosotros.
- Okay... ¿Querés que vaya hasta tu casa y conversamos tranquilos? – Le pregunté.
- No, prefiero el teléfono esta vez...
Su modo seco y cortante de dirigirse a mi no me dio lugar ni siquiera para respirar. Me estaba ahogando en mis conclusiones apresuradas y eso no me dejaba aire.
Hubo un silencio de cinco segundos (los cuales a mi me parecieron horas) y volvió a hablar.
- Como ya sabrás, hay cosas que se me dificultan lograr personalmente, por eso te llame hoy y no fui a buscarte hasta el curso anoche.
Me enfermaba que me tratara como si yo fuera un cliente en su laburo cada vez que tocaba un tema relativamente serio, y él lo sabía perfectamente, pero lo dejé terminar.
- La cuestión es que hace unos cuantos días que pienso en esto, desde nuestra discusión del miércoles...
Cuando removió en mí los recuerdos de ese día en el cual me había amenazado con dejarme, mis latidos pasaron de trotar a correr una maratón Olímpica.
- No podemos seguir así – Dijo secamente y de repente, bajándome a Tierra de un golpe.
Confundida, más que nunca, le pregunté a qué se refería...
Y respondió eso que yo no quería oír:
- Ya no podemos estar juntos. No sé lo que quiero y vos obviamente sí, pero eso no está a mi lado.
Estaba muda, el corazón me había dejado de latir de un segundo a otro. Pero pude reaccionar ante sus palabras.
-Vos me estás queriendo decir que... – no me dejó terminar con eso que no quería entender en lo absoluto y habló él en mi lugar.
- Se terminó todo acá.
¡Crash!
¡Crash!
¡Crash!
Algo se quebraba en algún lado, en mi mente había ruidos, estruendos, golpes, truenos. Todo comenzó a dar vueltas a mí alrededor y entré en un violento estado de shock.
- Vos... no podés decirme esto, no ahora – le susurré agitada y con la voz entre cortada.
- Perdón, pero no...
- No, no me pidas perdón, ¡no me digas nada! ¡No podés hacerme esto, no podés! – Grité con todas mis fuerzas y él no dijo nada.
- ¿Por qué?... ¡Me das un puto motivo!
- Estoy confundido, no sé lo que quiero...
- ¿Y no podías confundirte antes? ¡Me estás mintiendo, me mentís! Y si no me mentís sos una basura, ¡porque podrías haberte dado cuenta de todo esto antes de que yo me enamorara como una pelotuda de vos! – Estaba demasiado alterada, no cabía dentro de mi universo que algo así fuese posible.
- Perdoname – sonaba compungido, pero a mi entender, supo simularlo muy bien por teléfono.
- ¡No me pidas perdón! ¡No te creo, no puedo creerte después de todo esto que acabás de decirme!
No tenía ganas de oír explicaciones vanas, pero quería llegar al fondo del asunto. Mi cabeza no se mantenía al margen de todo esto tampoco...
- No sé qué decirte nena, es mi culpa, todo fue mi culpa.
Mentiroso. Mi interior gritaba cosas que no sabía si podría controlar.
- Ya veo que sos el culpable, me estoy muriendo, estoy pagando yo tu confusión. No lo entiendo...
Y tampoco tengo deseos de entenderlo.
- Creeme que con el tiempo vas a entenderlo y a superarlo.
- Lo dudo...
De hecho estoy segura de que no voy a hacerlo.
- Sé que sí.
¡NO SABÉS NADA!
- ¡Como si te importara! Estás demasiado confundido como para asegurar cosas, y yo me siento demasiado nerviosa como para responderte a conciencia, así que...
- Por favor, no hagas ninguna idiotez.
No cuentes con eso...
- No tengo por qué. ¡Hasta nunca!
Colgué el teléfono y me senté en el piso de la cocina. Todo se redujo a lágrimas que brotaban de mis ojos y no dejaban de empapar mi rostro y mi ropa. Me quedé llorando, estática, durante mucho tiempo, todo el tiempo que tardé en empezar a comprenderlo todo.
No iba a soportar perderlo. Y, para colmo de males, estaba sola en esto. Lo había ocultado de todo el mundo, de mi familia, de mis amigos, intentando con eso no destruir ni debilitar lo que teníamos. Pero no había servido de nada.
Me puse de pie, me dirigí a mi habitación y allí me encerré junto con un blister de pastillas anti-depresivas, un vodka y un cuchillo. Me senté en el suelo e intenté decidir a cuál de los tres me rendiría primero...